Un factor fundamental para poder impartir una clase es el silencio. Es el que permite que los alumnos se concentren en la tarea que van a realizar. Por eso nosotros debemos procurar que la clase no tenga un ruido o murmullo constante.
El ruido suele darse cuando a los alumnos no les importa lo que el profesor está explicando. Por este motivo se debería preguntar a los niños que les interesa saber sobre ese tema y, de esta manera, podríamos implicarles en la explicación. Conseguiríamos su silencio además de que prestara atención y aprendiera.
También existen otras técnicas como dejar al principio de la clase unos minutos para que se desahoguen y empiecen más relajados la clase, o algún juego, por ejemplo, cuando haya bullicio la profesora empieza a dar palmas y poco a poco va bajando la intensidad de estas hasta conseguir silencio, con el que pueda seguir dando clase.
El ruido suele darse cuando a los alumnos no les importa lo que el profesor está explicando. Por este motivo se debería preguntar a los niños que les interesa saber sobre ese tema y, de esta manera, podríamos implicarles en la explicación. Conseguiríamos su silencio además de que prestara atención y aprendiera.
También existen otras técnicas como dejar al principio de la clase unos minutos para que se desahoguen y empiecen más relajados la clase, o algún juego, por ejemplo, cuando haya bullicio la profesora empieza a dar palmas y poco a poco va bajando la intensidad de estas hasta conseguir silencio, con el que pueda seguir dando clase.
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